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¿QUÉ NECESITO PARA EMPEZAR A MEDITAR?

Updated: Jun 2, 2023


Meditar, en definitiva, en cualquier momento es oportuno e interesante. Y hacerlo siempre en calidad de invitado; eres invitado a observarte. Nada más que hacer en este momento, salvo dedicarte a ti mismo.


 

En nuestro artículo de hoy te planteamos algunas recomendaciones para empezar a practicar Mindfulness y qué es justo aquello que necesitas para hacerlo.


¿QUÉ NECESITO PARA EMPEZAR A MEDITAR?



1. El lugar donde Mindfulnear es un tema que podría generar polémica, ya que podríamos considerar que cualquier lugar y situación es buena para practicar. Pero seamos realistas, un lugar donde hay sosiego, calma, es agradable y hace buena temperatura nos puede predisponer mejor a viajar hacia nosotros mismos que un lugar donde reine todo lo contrario. En cualquier caso, un entorno natural, como pueda ser la playa, un lago, o una zona rural (campo, montaña, parque natural) se agradece y ayuda.


Lugar para practicar mindfulness
Lugar para meditar

Por otro lado, tenemos el hogar, nuestra casa, nuestro templo, donde incluso generemos un espacio (podríamos llamarlo “El rincón de la calma”) para meditar. El único, pero importante inconveniente, es que si vives con otros seres tendrás que buscar ese momento donde el silencio esté presente; un hogar con niños, vecinos que estén de obras o incluso un lugar cercano a la calle donde el ruido ambiente de personas y vehículos puede ser algunas de las situaciones que pueden dificultar la práctica. Pero, incluso ese “tornado” de inconvenientes, puede ser digno de meditación; abrir los oídos a escuchar lo que nos llega e incluso observar con la mirada cuanto ocurre a nuestro alrededor podría ser considerado una meditación, pues el hecho de estar presente en ello, es una práctica informal de atención plena.


2. El momento oportuno es “el ahora”. “Comienza donde estés” como diría Pema Chodron. Justo ahora puede ser el momento oportuno. Se habla de “meditar en los tiempos muertos” que son aquellos en los que supuestamente “no haces nada”. Una caravana, la cola de un supermercado, una cita que se demora, pero no solo esas situaciones, sino también sobre los estados emocionales como el aburrimiento, la ansiedad, la tristeza u otras. ¿Y qué tal sería meditar sobre los pensamientos? Dejar que vayan y vengan; observarlos, sin tratar de cambiarlos ni querer que se vayan. Meditar, en definitiva, en cualquier momento es oportuno e interesante. Y hacerlo siempre en calidad de invitado; eres invitado a observarte. Nada más que hacer en este momento, salvo dedicarte a ti mismo.

Un momento oportuno para meditar
Un momento oportuno

De modo que el momento oportuno es tan variopinto como los colores. Hay quien le gusta el azul y otros que el azul no lo soportan (¿meditamos sobre nuestros patrones de rechazo o apego?), por lo que el momento oportuno nadie mejor que tú lo conoce, eso sí, evitando en lo posible hacerlo después de las comidas (¡suele darnos sueño!). No obstante, se dice que por la mañana, es el mejor momento, ya que estamos más descansados y es como una ducha de salud mental; limpiamos y aseamos la mente antes de empezar el día. También meditar al final del día es una buena práctica para predisponernos a dormir habiendo “soltado” lo que haya acontecido durante la jornada.


En nuestra opinión, lo mejor es meditar de manera formal por la mañana, de manera informal durante el día (foco atencional “encendido” para evitar acabar condicionarnos por los automatismos) y terminar con una suave meditación de despedida al irnos a la cama.


3. El material necesario es simple, si bien, podemos adornarlo cuanto queramos, pero que esto no sea una traba para no practicar. Si nos condicionamos a un cojín, zafú, banco de meditación, una manta especial, una música o una iluminación adecuada el día que no lo tengamos, acabaremos por no hacerlo, ¿verdad?


Esterilla, manta, cojín meditación, bolster y bloques de apoyo para meditar
Elementos para meditar


El ritual de cada uno ayuda. Sí, crear ese espacio tuyo hará que todo vaya mejor. ¿Nuestras recomendaciones? Una luz tenue, algún aromatizador o incienso, una música o sonidos de la naturaleza a un volumen bajito, un lugar donde te asientes que sea cómodo y un temporizador. Esto parece superfluo pero no lo es, puesto que nos permite olvidar el asunto del tiempo, y concentrarnos en la propia meditación. Finalmente, en caso de que medites con los ojos entreabiertos, puede ayudarte colocar una vela delante de ti para enfocar la atención.


4. Se recomienda, en cualquier caso, comodidad, entendida ésta como algo que te procure estabilidad. La conocida estabilidad de la montaña; esa postura que visualizas en ti, donde la cima es tu mente y está bien asentada sobre unos pilares, cuyas laderas son tus brazos y su base tus piernas. Si logras una postura estable y cómoda, la meditación fluirá mejor. ¿Cuál es tu postura?



Paisaje para meditar
Monte Fuji, Japón

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