Muchos de nosotros nos habremos preguntado de dónde viene esta palabra que tanto solemos escuchar o leer últimamente. ¿Cuál es la raíz del Mindfulness? El término Mindfulness es el vocablo inglés que se emplea para traducir el término “sati” (de la lengua Pali) que denota conciencia, atención, recuerdo (Siegel y cols., 2004). Aunque en el ámbito científico Mindfulness no suele traducirse, en nuestra lengua se traduce por ‘atención plena’ o ‘consciencia plena’.
En términos budistas, “sati” es uno de los ocho factores para alcanzar el despertar; constituye el sexto elemento del Noble Óctuple Sendero, el camino que conduce al cese de la insatisfacción y el sufrimiento.
El cómo llegó a nuestros días, es fruto de un proceso histórico en el que podríamos destacar: a) Los colonizadores del imperio británico (finales del s. XIX), b) La Doctrina Teosófica y, en concreto, Jiddu Krishnamurti como “revolucionario” anti-sistema), c) La Invasión China del Tíbet que llevó al exilio a miles de monjes budistas dando pie a que muchas personas se interesaran en las prácticas meditativas y d) otros puentes como Richard Wilheim, Carl G. Jung, Herman Hesse, Alan Watts, Ram Dass u otras personalidades (científicos, escritores, etc.) que al observar el aroma de esa tradición oriental quedaron sorprendidos y tras profundizar, a través de sus obras fueron dejando las semillas en diversas partes del mundo hasta llegar a nuestros días.
Sin embargo, es a finales de la década de los 70 cuando Mindfulness adquiere mayor peso gracias a Jon Kabat Zinn (Biólogo molecular y profesor emérito de la Universidad de Medicina de Massachusetts). Como practicante de yoga y meditación Zen comienza a implementar el uso de la meditación Mindfulness como terapia clínica a través de un programa de 8 semanas que el mismo desarrolló y que es conocido con las siglas “MBSR” (Mindful Based Stress Reduction o Mindfulness Basado en la Reducción del Estrés) el cual combina una serie de prácticas contemplativas “mente-cuerpo” totalmente despojadas de creencias religiosas y culturales.
En definitiva, se propuso investigar los posibles beneficios de las disciplinas que estudiaba para conocer la mente y aliviar el estrés, en un contexto clínico. Dicho programa lo implementaba en el sótano de la Universidad donde daba clases como profesor de biología y fue un éxito. El programa demostró ser eficaz para aliviar un amplio abanico de síntomas: fobias y ansiedad, trastornos de la alimentación, conductas adictivas, trastorno límite de la personalidad, depresiones recurrentes, dolor crónico, psoriasis y otras muchas otras dolencias y patologías que no daban resultado con tratamientos de la medicina convencional.
Finalmente, observó que había un grueso importante de personas, que sin tener un cuadro clínico, también se beneficiaban de dicha terapia y esto hizo que muchísimas personas se interesan por la práctica de la Atención Plena.
De este modo, el programa MBSR comenzó a implementarse en más de 200 centros médicos de EE.UU. y Europa, y se extendió más allá del ámbito clínico. Esto dio lugar al interés de la ciencia en demostrar los beneficios de la práctica, de tal forma que si en la década de los 80 apenas había una decena de artículos científicos publicados, en el año 2016 se publicaron 667 estudios de acuerdo con la Asociación Americana de Investigación en Mindfulness.
A día de hoy numerosas investigaciones demuestran que el ejercicio sostenido de la práctica contemplativa produce cambios en diversas estructuras cerebrales y altera los procesos cognitivos y afectivos (“El hombre más feliz del mundo”). Dichos descubrimientos terminaron de cimentar el interés de las personas en la práctica del Mindfulness por los evidentes beneficios que aportan a aquellos que la cultivan disciplinadamente.
Para concluir este artículo podríamos volver a plantearnos la reflexión introductoria. ¿Es Mindfulness una moda? La atención plena, cuya raíz es milenaria (más de 2500 años), más que una moda es un gran descubrimiento para los occidentales y una necesidad, ya que el ritmo de la sociedad, en general, es rápido y exigente. Por suerte, ya está al alcance de cualquiera.
Fuentes:
“El libro del Mindfulness” (Bhante Henépola Guranatana)
"Mindfulness en la era del miedo y la ansiedad" (Clara Badino)